Hoy en día la inspiración para novias es infinita: revistas, redes sociales, Pinterest, blogs…así que parece relativamente sencillo tener claro cómo se quiere el vestido y qué diseñadores son los que más nos gustan. Genial, no? Pero…y con eso tenemos el éxito garantizado? Desgraciadamente no.

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Después de haber visitado muchos diseñadores cuando organizaba mi boda (y cuando digo muchos, son MUCHOS), lo que he ido conociendo después con el blog y los mails que recibo de muchas lectoras, me empiezo a sentir un poco perro viejo y necesitaba escribir este post.

Y es que aunque inevitablemente os hable de algunos diseñadores en el blog, cada vez soy menos partidaria de hacer recomendaciones. En primer lugar porque mis gustos quizá no coincidan con los vuestros. Pero sobre todo porque me siento muy responsable de mi opinión, pues un vestido de novia es MUCHO más que un bonito diseño y no tengo experiencia personal de todos los diseñadores. Además, me empieza alarmar la cantidad de casos de malas experiencias que me llegan y me da mucho miedo el poder de internet.

Es por ello que os pido que tengáis muy en cuenta todo lo que os voy a decir y, aunque algunos de estos consejos os parecerán obvios o demasiado rebuscados, mi propia experiencia me ha hecho valorarlos con el tiempo. Y aunque con esto no bastará para encontrar el vestido perfecto, al menos espero ayudaros a ir con los ojos bien abiertos y evitar futuros disgustos

Los hay de dos tipos: relacionados con la elección del vestido y los que tienen que ver con la elección de dónde hacértelo. Y en rojo los causantes de la mayoría de las malas experiencias de novias que conozco.

  1. Empieza probándote vestidos hechos aunque tengas muy claro lo que quieres y te lo vayas a hacer a medida, pues una cosa es el estilo y otra el corte del vestido. Quizá te conozcas tan bien que aciertes con lo que mejor te sienta, pero muchas veces te sorprendes. A mí me pasó con el escote en V, la espalda abierta y la cola.
  2. No dejes de probarte cortes o estilos que te gusten a pesar de que la persona que te atienda crea que no es lo que más te va a favorecer. Aún recuerdo a una dependienta cincuentona que no quería que me probara un vestido inspirado en un sari indio y que acabó estando en mi lista de finalistas.
  3. Lleva cuanta menos gente mejor, pues aunque lo tengas muy claro, en una decisión tan importante es fácil que te hagan dudar. Por regla general, tu madre es quien mejor te conoce físicamente y será quien más te ayude a encontrar lo que más te favorece. Y para valorar el estilo de novia que quieres ser, nadie mejor que tú. * Y aquí que no se ofendan mi hermana y mi amiga Gisela, que me ayudaron mucho también
  4. Por más que sea el diseñador que siempre soñaste para tu vestido, si no hay feeling en los 15 primeros minutos, no te empeñes. El proceso de elaboración del vestido es largo y es importantísimo sentirse cómoda y comprendida desde el primer momento.
  5. Igual de peligroso es que no haya feeling como que sólo haya feeling. Has de tener claro que te encaja su propuesta concreta, más allá de que te haya enamorado su estilo o su trato. Hay mucho humo en este mundillo y es fácil que te ciegue.
  6. Si te gusta la propuesta de un diseñador, no pretendas que otro te haga lo mismo. Lo normal es que te digan que te lo pueden hacer, pero suele salir rana, sobre todo si es un diseño verdaderamente especial. De ahí el peligro de ir a diseñadores que no te puedas permitir por precio para coger ideas y pretender que luego te lo hagan en otro taller. Quizá te salga bien, pero al menos has de saber que corres el riesgo de que no sea lo que esperabas.
  7. Por más que tengas todo el presupuesto del mundo para gastar, trata de ir a sitios acorde a quien eres. Suena radical, pero en muchos de «los mejores sitios» o en los que están más de moda, si no eres «una niña bien» (vease: hija de, amiga de, trabajes en una revista…), es probable que no acabes contenta con el resultado, ya sea por falta de atención en el proceso de confección o en el trato. Y aunque en muchos casos lo notas a la legua (por ciertas actitudes o preguntas de filtro que lanza a propósito el diseñador), en otros te tratarán de maravilla hasta que te decidas por ellos (no nos olvidemos que la crisis nos afecta a todos y las novias son jugosas para todos).
  8. Valora que te modelen el vestido con telas sobre tí. Las propuestas en papel son muy cool pero es importante ver cómo te sienta. Además, sirve para asegurarte de que lo que te proponen lo van a saber llevar a cabo y ver la soltura del diseñador. He visto alguno que no sabía poner un alfiler y otros que, tras una entrevista muy glamourosa, sus propuestas en papel no tenían nada que ver con lo que le había dicho que me sentaba bien.
  9. Valora que el diseñador tenga taller propio, que no es lo mismo que personal propio. El que no lo tenga, te dirá que su equipo de costura es el mejor y te lo puedes creer o no. Pero tener taller propio evita que el vestido entre y salga del atelier (con el consiguiente riesgo de estropearse) y suele hacer que el diseñador esté mucho más pendiente de que el vestido se confecciona correctamente y tal y como se diseñó. Al fin y al cabo, de nada vale un bonito diseño si no se controla el proceso de confección en el día a día del taller.
  10. Valora que el diseñador no sólo sepa diseñar. No te cortes en preguntarle por su formación (costura, patronaje…) y con quién se ha formado. Al fin y al cabo él es el responsable del vestido y pagas en base a su caché, así que esto te dará alguna pista de su criterio a la hora de ir confeccionando el vestido y de su capacidad de resolución de posibles problemas. He visto cómo mi madre, con su simple conocimiento de costura del día a día, le daba mil vueltas a algunos diseñadores. Y eso da miedo.

Esta es mi experiencia y la de muchas novias y amigas que me han contado sus casos…pero tú cómo lo ves? Me encantaría saber tu opinión, tanto si eres una futura novia (y tienes preocupaciones que no estén aquí recogidas), ya te has casado (y has aprendido algo distinto en el proceso) o si eres profesional del sector (diseñador, modista o trabajas con novias). Seguro que tienes mucho que aportar!

En cualquier caso, esto no es más que mi humilde opinión y una simplificación de un proceso complejo, así que espero que los diseñadores no se tomen mis palabras como un ataque si no cumplen alguno de estos puntos. Y que de hecho valoren que, cuanto más claras tengan las ideas sus novias, más seguras les elegirán.

Dicho lo cual…espero no asustar a las futuras novias y que disfruten del proceso. Pero más vale prevenir que curar! 😉

**Si te ha gustado este post, te invito a que recuerdes el que escribí con consejos para elegir fotógrafo ***